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SER CRÍSTICO

Por el Maestro Hilarión

 

RELACIÓN DEL SER CRÍSTICO CON LOS VEHÍCULOS ETÉRICOS




El conocimiento de la Nueva Era revela que la corriente de Luz Electrónica que viene desde la Presencia y da vida a los cuatro vehículos inferiores es simplemente una corriente de electrones reducida en vibración que llega desde los Planos Internos (y no desde un espacio misterioso que está por encima del individuo, como ha sido representado en cuadros tridimensionales). Después que esta corriente de electrones ha pasado a través del nivel vibratorio del Ser Crístico, pasa a través de la vibración del cuerpo emocional; luego, del cuerpo mental; después, del cuerpo etérico; y, posteriormente, se manifiesta en el plano físico en los centros principales, anclándose finalmente en el átomo permanente, ubicado en el corazón.

 

 

Concentrándose ahora en el cuerpo etérico, es importante darnos cuenta de que el Ser Etérico supervisa directamente este cuerpo. Teóricamente, el Cristo supervisa toso los vehículos, aunque, en el presente, los cuerpos emocional y mental del individuo son autónomos y están básicamente fuera de control. Sin embargo, el Ser Crístico todavía retiene mucho control sobre el cuerpo etérico, especialmente en el trabajo de organizar e integrar energía y vitalidad para la forma física. En ese sentido, hay una relación especial entre el Ser Crístico y la forma etérico-física, excluyendo los otros dos vehículos.




El Ser Crístico, como el Divino Director, puede, en el presente, tener más afecto sobre la forma etérica-física que sobre los cuerpos mental y emocional. De aquí que, en la curación del cuerpo físico, mucho del trabajo se hace conscientemente, invocando al Elemental del Cuerpo y al Ser Crístico, y su Divina dirección sobre el cuerpo etérico, los chakras, el sistema nervioso y las glándulas endocrinas. Los otros dos vehículos simplemente necesitan purificación y realineación. Es el Ser Crístico quien, cuando pueda eterealizar el cuerpo físico lo suficiente, brillará a través de la estructura de la carne haciéndola parecer un cuerpo de luz autoluminoso; es también el Ser Crístico quien asistirá a los Sanadores que, por sí mismos, hayan alcanzado la Consciencia Crística para diagnosticar enfermedades de un individuo, en cualquiera de los cuatro planos de existencia. Esto reafirma un punto previamente mencionado: la Curación de la Nueva Era consistirá en el Cristo del Sanador invocando al Cristo en aquel a ser curado, lo que dará como resultado la transfiguración de la mente, el cuerpo y el espíritu.

 

    

 

Extraído del Libro “MANUAL DE CURACIÓN”, del Maestro Hilarión.

Editorial Metafísica.


 
 
 

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