VIRGEN DE LA CANDELARIA
Antes de que el Cosmos fuera creado, lo que existía era el silencio, la ausencia de Luz, la nada; lo que la Biblia llama “las tinieblas” o el fondo insondable del abismo, a lo que los egipcios conocieron como Nut, la madre de todas las cosas. Los atlantes también la conocían, al igual que el valor de ese abismo que es el generador de todo lo que existe, la Madre Divina oculta. Todo esto y su deidad la imaginaban de un color que no era color, que después interpretaron como negro. Cuando se hundió la Atlántida, los atlantes se llevaron esa información a Egipto, y los guanches, a las Canarias; allí, a la Madre le pusieron por nombre “Chaxiraxi”, que quiere decir “Madre del Sol”, y actualmente la siguen venerando como la Virgen de la Candelaria, Patrona de las Islas Canarias. El día que se celebraba la fiesta de la diosa Nut era el 2 de febrero, que es el mismo día en que se celebra la Candelaria. Esa deidad se transformó con los siglos y la conocemos como la Virgen de la Candelaria.
Iban dos pastores guanches a encerrar su ganado a unas cuevas, pero el mismo no quería entrar. En la desembocadura del Barranco de Chimisay vieron, sobre una peña a la orilla del mar, la imagen animada de la Madre Divina. Un pastor quiso herirla con su cuchillo, pero se le devolvió y quedó herido él mismo. Asustados, huyeron, no se atrevían a tocarla. Finalmente la recogieron y, al tocarla, quedaron sanados. En ese lugar hay actualmente una cruz. La llevaron a una cueva donde hoy se encuentra una capilla, y fue mucho después que un joven llamado Antón, que había sido esclavo de unos castellanos, la calificó como la Virgen María. De las Islas Canarias la devoción se propagó a América. Hernán Cortés llevaba en el cuello una medalla con su imagen. En 1826 la imagen se perdió, ya que el fondo del abismo reclamó para sí lo que era de su propiedad y desapareció en una inundación. Posteriormente se hizo una réplica que actualmente está en la basílica.
La Virgen de la Candelaria tiene en una mano a un niño, y en la otra, una vela. Simboliza la naturaleza antes de la manifestación, trayendo la luz. Al salir de la oscuridad, la luz es la Virgen de la Candelaria. Ella representa la Madre de todo lo oculto; por eso es negra. Protege de las tinieblas del mal; es la Luz en las sombras. Esa vela encendida que porta es el Primer Rayo de Luz Cósmica. Eso quiere decir que Dios nunca desea el mal para nosotros, sino el bien. No tienes porqué enfermarte, andar feo ni deprimido. La Virgen de la Candelaria viene de la Época de Luz de los atlantes y simboliza a la Diosa Nut. Es la Luz emergiendo de las sombras, inundando el Universo, y esa luz es triple, la Llama Triple que llevamos en nuestro corazón. ¿Qué simboliza el Niño? El niño somos nosotros, que venimos de la Matriz Cósmica, y también personaliza al niño Jesús.
El Cristianismo llegó a la Península Ibérica y a las Canarias, pero como no iba a permitir un culto pagano a una Diosa, la revistieron con el culto a la Madre María. Lo importante es que el símbolo está allí, no importa que sea María o Nut; eso es lo que uno debe adorar: a la MADRE DIVINA CÓSMICA, trayendo el fuego que nosotros tenemos dentro del corazón.
Su Llave Tonal se encuentra en el “Arroró”, obra que es el himno nacional de las Canarias. Es como que si la Virgen estuviera durmiendo al niño y le cantara. La energía de este “Arroró” llega al corazón de todo el que lo oye en cualquier parte del mundo, y más a la gente que vive en estas siete islas. Su mejor intérprete es la soprano isleña María Orán.
Extracto del libro "Espíritu de la Navidad" de Rubén Cedeño
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