VERDAD DEL RAYO VERDE

alecapuzzi
6 jun
4 Min. de lectura

La Verdad son las cosas tal cual son en su esencia pura, en su Concepto Inmaculado, lo que son por sí mismas, sin la ilusión, ficción, creación o invento que los sentidos y la mente hacen creer de las cosas.

La Verdad es la conformidad de lo que se piensa, se siente, se dice y se actúa, con lo que las cosas son realmente.

La Verdad no es una enseñanza de la que se dice que es cierta, en contraposición con otra de la que se afirma que es mentira.

La Verdad no es posesión de una religión, grupo espiritual o secta.

Lo primero que debes saber de ti, de los demás, de las cosas, de las Enseñanzas Espirituales que crees y practicas, es la Verdad.

Si estás en la Verdad, todo funcionará perfectamente; si no, todo será un caos.

La Verdad es lo que siempre se ha de perseguir en todo, no importando lo que pueda desbaratar o alterar al saberla y actuar de acuerdo a ella, ya que la Verdad siempre se manifestará; mientras más se tarde en reconocerla, más daño y sufrimiento hará la mentira, que es su opuesto. Vivir de acuerdo con la Verdad trae armonía, felicidad, paz, salud física y psicológica.

Cuando se percibe realmente la Verdad, surge un silencio sobrecogedor, inconmensurable, indescriptible.

Lo que se expresa sobre una cosa, nunca es su más exacta Verdad, pues la descripción no es su realidad.

VERDAD Y MENTIRA

¿Cómo haces para saber si estás en la Verdad? Estar en la Verdad es un poder tan grande, que trae bondad, sabiduría, afecto, armonía, salud, paz, tranquilidad, prosperidad. La mentira trae inarmonía, conflicto, intranquilidad, pobreza, odio, ignorancia y fealdad.

Cuando se vive en la Verdad, reconociéndola, diciéndola, ella se transforma en defensora, no importa cuán cruda y no aceptada pueda ser.

Si en tu mundo hay inarmonía, busca en qué parte no estás reconociendo ni actuando con la Verdad; entonces, reconócela, actúa de acuerdo a ella, y verás cómo todo se arreglará.

La mentira es la causa de vivir una vida obscura, de enredos, intrigas, angustias y malestares, que finalmente no tendrán objeto, ya que la mentira será descubierta y la VERDAD PREVALECERÁ.

VIVIR EN LA VERDAD

Es sabio estar dispuesto a observar, estudiar e investigar solamente aquello que irrefutablemente sea la VERDAD, dondequiera que se encuentre, sea en ámbito científico, religioso, cultural, social o de cualquier otra índole.

La VERDAD de nuestra existencia es vivir llenos de luz, amor, fe, belleza, opulencia, felicidad y bienestar junto a todo lo que nos rodea; aquello que nos lleva hacia la armonía y a Dios, eso es la Verdad. Pero la mente ha transformado esto, haciéndonos creer que la vida es un valle de lágrimas o un sitio donde se viene a pagar karma, y esa no es la VERDAD.

La auténtica SABIDURÍA es la percepción de la REALIDAD, que es la Verdad.

La VERDAD no es lo que se piensa o se imagina de las cosas, lo que dicen los libros religiosos o esotéricos, lo que un mensaje revela o una escuela afirma; eso solo está atado a las palabras, y no a los hechos.

La Verdad de conocernos a nosotros mismos puede traer por efecto, que vivamos en un mundo real, haciendo que nos comprendamos internamente y que podamos comprender a los demás, asunto que nos hace sensibles a la percepción de la VERDAD, dándonos claridad de mente, y, por consecuencia, felicidad, perfecta convivencia con los demás, ausencia de conflictos, salud, paz interior, fluidez de la prosperidad y buena voluntad, ya que la ignorancia o el engaño traen por resultados: confusión, desgracia, incomodidad y persecución de objetivos falsos. Se puede observar la realidad de esta afirmación en la vida falsa que llevan aquellos que viven ausentes de la VERDAD, con su mente y afanes de poder, sean estos políticos o religiosos.

Todo lo que existe sin falsear, mentir, engañar o encubrir, tiene una gran belleza que cautiva, embelesa, envuelve e inunda.

Dios es la VERDAD misma, dondequiera que esta se encuentre. Cada vez que te sientas engañado, defraudado, o que vayas a firmar un documento y creas que te pueden estar embaucando, invoca el Aspecto de DIOS como VERDAD y afirma: "Envuelvo todo esto en el MANTO DE LA VERDAD DE DIOS". "DECLARO QUE SURJA EN ESTO LA VERDAD". El poder de la mente y de la Verdad existe; haciendo esto, lo puedes comprobar y manifestar. Te puede sorprender el ver cómo, después de haber hecho el decreto -en ese momento o después-, si había algo turbio, lo descubres y te salvas del engaño. LA VERDAD ES UNA REALIDAD UNIVERSAL; SU ENERGÍA CONTIENE UNA FUERZA QUE RESPALDA, DEFIENDE Y PROTEGE. Por eso, no importa cuán cruda y cruel sea la situación, declara, di, invoca la Verdad, que ella te defenderá; eso sí, no puedes, bajo ningún respecto, mentir ni encubrir algo, porque la Verdad no se pondrá de tu parte.