SINTONIZARSE CON EL PROPÓSITO DIVINO
- silalelopez
- hace 10 horas
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Por el Maestro Hilarión
La Vida, en su estado original, es perfecta pero carece de forma. A la inteligencia consciente se le permite, por Libre Albedrío, transformar esta Vida en cualquier manifestación que el individuo desee. El ser humano encarnó en la Tierra con el propósito de aprender a usar los vehículos creados para él y, de este modo, convertirse en un co-creador con Dios. Al principio, cuando no se había contaminado o no había tenido un mal ejemplo, el individuo usaba sus facultades creadoras solo para diseñar y precipitar Belleza y Perfección, pues eso era todo lo que conocía. Esta fue la era del Jardín del Edén, antes de que la maldad se presentara ante la conciencia de la humanidad por medio de los sentidos. Después, los diseños imperfectos de otros, los rezagados, alcanzaron la conciencia externa de la humanidad, y esta empezó a experimentar (secretamente al principio) con sus poderes creadores, duplicando los propósitos imperfectos, a los cuales les permitió entrar en su conciencia. Después (siendo más audaz), el individuo usó abiertamente sus poderes creativos de pensamiento, sentimiento, palabra, acción física y memoria, para crear y sostener estos diseños imperfectos.
El primer estado (la Santa Inocencia) no fue particularmente crédito del hombre, pues él no tenía estímulos para conscientemente sostener un Propósito Divino, no habiendo otra manifestación que pudiera alentarlo a usar sus poderes creativos para manifestar imperfección. La prueba real vino cuando el ser humano fue expuesto a las imperfecciones creadas por otros. Algunos se negaron a permitir que sus pensamientos le dieran cabida a estos propósitos, que sus sentimientos disfrutaran su sensualidad, que sus memorias retrocedieran a tales manifestaciones impuras, o que sus cuerpos gustaran de tales acciones. Sin embargo, la mayor parte de la humanidad sí respondió a tales estímulos impuros, y el caos actual, tanto en el mundo individual como en el planeta Tierra mismo, es la expresión del mal uso que la humanidad ha hecho de los poderes creadores de Dios, que le fueron dados.
Ahora llegamos al punto donde estas creaciones imperfectas deben ser removidas desde su núcleo, pues es el estímulo el que continua (aún secretamente) creando más angustia; por lo tanto, en vez de esta “causa y efecto”, debe haber un entrenamiento para que el ser humano use sus vehículos constructivamente una vez más. Habiendo probado el “fruto del bien y del mal”, el hombre elegirá conscientemente usar sus poderes creativos en forma constructiva. ¡Entonces, el segundo estado será más grande que el primero, pues el ser humano habrá elegido, por medio del Libre Albedrío, “sintonizarse” con el propósito de Dios y cumplirlo! Tal elección acelerará la frecuencia vibratoria de todos sus vehículos, y el individuo comenzará el proceso de Ascensión al estado donde solo el deseo de Dios se cumple.
Extraído del Libro “RECINTOS DE CURACIÓN”, del MAESTRO HILARIÓN.
Editorial Metafísica.

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