PODER DEL AMOR
"Amar a tu prójimo como a ti mismo" significa desatar el poder más grande que cualquier ser humano haya podido imaginar jamás. Porque, por "Principio de Causa y Efecto", al amar al prójimo como a ti mismo, el prójimo te amará como él se ama, y ¿alguien se puede imaginar lo que puede hacer una persona teniendo todo el amor del prójimo? Puede ser el gobernante más eficaz, el maestro más sabio, el ejecutivo más competente, el artista más creativo, el médico más eficiente, el religioso más místico o el diplomático más integral; puede hacer mucho bien por los demás, gozar de la estima de todos, no carecer de nada y muchísimas cosas más.
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¿Quién es el prójimo? El vecino, el que comparte con nosotros sus inquietudes espirituales, el sacerdote, el rabino o el facilitador de Metafísica del barrio, la trabajadora sexual, los diseñadores, los peluqueros, los masajistas y los estilistas, los "gay", los otros grupos espirituales a los que no pertenecemos, los indocumentados o extranjeros, los que practican otra religión, los que tienen un color de piel distinto, la anciana déspota y regañona, el millonario altivo y despreciativo, el artista orgulloso, el espiritualista excluyente, el médium exclusivista, la loca fuerte, el macho prepotente, la mujer desenfadada, el presidiario, el juzgador injusto, el sacerdote condenador y el alcohólico insaciable. Así que amémoslos como a nosotros mismos. (...) Amándolos a ellos estamos amando a Dios. Esto no quiere decir que los aplaudamos, los apoyemos o les reforcemos sus defectos. Se trata de ver, en medio de los defectos de los demás, ese "Sois Dioses" que enseñó Jesús, que, al igual que Dios, es perfección, amor, vida y luz.
Fragmentos extraídos del libro "Jesús" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña.
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