ORACIÓN

La Oración es el vértice del ángulo sobre el cual descansa la "Enseñanza de la Verdad", porque es el contacto directo del ser humano con Dios. De vez en cuando nos conviene revisar los principios que hacen que nuestras oraciones resulten poderosas.

1. Orar diariamente. En la Oración, la práctica trae la perfección. La práctica cotidiana de la Oración, al igual que en las demás actividades humanas, acrecienta la capacidad de orar con éxito.

2. Orar sencillamente. Tus oraciones carecerán de poder en la misma medida en que se conviertan en obras maestras de literatura. Jesús nos indicó que nos dirigiéramos a Dios con la sencillez de un niño.

3. Orar dulcemente. En la Oración, el esfuerzo se derrota a sí mismo. Recuerda que estás comulgando con Dios, y a Él no hay que forzarlo a tomar una decisión.

4. Orar con fe. Cree que la Oración que estás haciendo está siendo respondida. Jesús nos dijo que creyéramos que hemos recibido, y obtendríamos.

5. Afirmar el bien. No necesitas rogarle a Dios que haga algo. Él ya ha provisto tu bien. Es tu privilegio, mediante la Oración, traer ese bien a tu conciencia.

6. Dar las gracias. Dar las gracias por el bien que esperas como resultado de tu Oración es, en realidad, otra señal de tu fe en Dios y en la Oración. Si hay un camino que realmente conduce a la manifestación, este se recorre mediante la alabanza y la "Acción de Gracias". Jesús concluye su magnífico Padre nuestro con una alabanza a Dios, diciendo: "Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria".

El significado fundamental o básico de toda la enseñan-za bíblica se encuentra en la instrucción acerca de la Oración, porque es la única actividad que realmente importa. No hay otra.

Es la Oración -o concienciar en algún grado la Verdad Espiritual- lo que nos salva en las horas de peligro.

La "montaña" siempre simboliza Oración o Tratamiento, elevación de conciencia. Si queremos "subir la montaña" -si queremos elevar nuestra conciencia, si queremos acercar-nos a Dios- tenemos que prepararnos mediante la Oración.

Haz que tus oraciones sean tan simples como te resulte posible; simples en la forma y en el contenido. El secreto de una Oración exitosa es que sea sencilla, directa y espontánea. Cuando una plegaria se vuelve complicada, literaria o grandilocuente, se ha convertido en un ejercicio intelectual y ya no tiene poder espiritual.

El secreto de la Oración exitosa es poseer el conocimiento verdadero fortalecido por el sentimiento. Si el sentimiento solo fuera suficiente, el mundo ya lo tendría todo. Pero no basta. Debes contar con el conocimiento correcto.

La Oración más poderosa es la Oración de la persona que más amor tiene. 

Extracto del libro "Oración Poderosa" de Emmet Fox

Editorial Metafísica