Este es el mantra de la “Gran Invocación” que evoca el trabajo del Chohán del Séptimo Rayo, el Maestro Saint Germain, con la puesta en marcha operativa del Orden Ceremonial, la Transmutación, el Perdón, el Olvido del mal y, en general, de todo lo negativo, accionando el Amor Compasivo y Liberando de la opresión. Es importante aclarar que no hay ninguna opresión ni nada de qué liberarse en aquel que se sujeta al cumplimiento de los “Requisitos de la Vivencia Interna”; no importa lo duro y exigente que esto sea, no son ataduras, como malamente lo han interpretado los perjuros a ello.
Para muchos, un dicho popular es “yo perdono pero no olvido”. Sin embargo, cuando realmente se perdona, hay olvido”. Sin embargo, cuando realmente se perdona, hay olvido. Si no hay olvido, no hay perdón. El perdón lleva implícito “EL OLVIDO DE AGRAVIOS”.
El
Maestro El Tibetano sostiene, en el Plano Mental, el “Pensamiento Simiente” del reconocimiento mundial del “Día del Olvido”, del Perdón y del Cumplimiento del mandato bíblico de “olvidar las cosas que quedan atrás y seguir adelante”, hacia la Era de Acuario, las nuevas relaciones y la nueva civilización. Algo de esto se está viendo en ciertos países que han instaurado, a nivel de los “Medios de Comunicación”, el “Día de la Buena Noticia”, o dentro de noticieros, cerrar dando una “Buena Noticia”.
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