OBSERVEMOS EL ODIO
Veamos nuestra falta de Amor sin ocultarla ni disfrazarla con conceptos, creencias. Lleguemos al fondo más profundo y espantoso de nuestra falta de Amor, y nos asustaremos, porque, al llegar allí, no lo encontraremos, nos sorprenderá ver que desaparece, porque en la esencia más recóndita del ser humano no hay odio, sino "Amor". Cuando llegamos a lo más profundo del odio y lo concienciamos en lo más oscuro, terrible y enraizado de nosotros, encontramos que no hay nada de eso.

Existe mucho miedo a sentirse o creerse con falta de amor, por los conceptos de "odiar es malo", "no odies". Entonces entramos en conflicto por lo que sentimos o debemos sentir, y, en vez de trabajar la falta de amor, tenemos un problema de ser o no ser amoroso; de este modo, el odio se convierte en un monstruo mental al cual tememos, y por eso lo atraemos.
Texto extraído del libro "Rayo Rosa" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña
Comentarios