LA NECESIDAD DE LA HORA
Después de siglos de oscuridad, el planeta Tierra y sus habitantes están ahora en el umbral de una Luz que nunca más se retirará, sino que crecerá hasta el Eterno Día Cósmico en el que los planes potenciales para la Tierra y Su humanidad serán comprendidos y su plena manifestación se volverá absolutamente evidente.
Como la Gran Ley Cósmica requiere el retorno de los Soles del Sistema Solar al Gran Sol Central de la Galaxia, cada Sol comienza a regular su fuerza centrípeta para equilibrar a los planetas que pertenecen a su sistema. El planeta Tierra ha estado inclinado sobre su eje por muchas edades, y está respondiendo ahora a la atracción magnética de nuestro Sol –que surge del corazón de Helios y Vesta– cuya fuerza está enderezando paulatinamente el eje. Esto se está haciendo gradualmente, con amoroso cuidado, para evitar que los grandes casquetes polares se desplacen violentamente, resultando en un perjuicio para la superficie continental del planeta.
Cada uno de los siete planetas de nuestro Sol físico debe ser acelerado para que entre y se sostenga en la órbita de su graduación planetaria. La tarea de acelerar las vibraciones de estos planetas ha sido delegada a Grandes Seres de Luz, y Nosotros, responsables de la Tierra, debemos preparar al planeta y a su gente para que vibren a la frecuencia de perfección que actualmente se expresa en el planeta Venus. Por lo tanto, estamos obligados a llegar a la humanidad rápidamente, ¡A TODA! ¡El resto de los planetas de Nuestro Sol ya han dado la señal de estar “preparados”! Sin embargo, el Cosmos debe esperar a la Tierra, y pronto debemos tener esa señal que desde los corazones de la humanidad diga: “adelante”. ¡AYÚDENNOS A ACELERAR LA LLEGADA DE ESE DÍA!
