DIOS NO ES POBRE
Dios no inventó la pobreza, no es pobre ni quiere que tú lo seas. El deseo de Dios es que vivas con el suministro perfecto de todo lo bello, bueno y constructivo que te sea necesario. Para lograr esto siempre tienes que decretar: "Dios me lo quiere dar y está esperando el momento favorable para dármelo"; y jamás decir: "¡qué mala suerte tengo!", "este es un castigo de Dios" o "no tengo", porque así le cierras la puerta a la "Provisión Divina". Levanta las manos delante de ti, con las palmas abiertas hacia arriba, y afirma con fe, visualizando lo que decretas: "LA PROVISIÓN DE DIOS VIENE A MIS MANOS, PERFECTA Y ARMONIOSAMENTE, CUBRIENDO TODOS MIS GASTOS". ¡GRACIAS PADRE!".