DESIERTO
El desierto es el lugar de purificación, oración y renuncia; es encontrarse solo, en silencio, para contactar a Dios dentro de sí, sin el eco de voces y asuntos externos, cosas que impiden Su visión. Atravesar el desierto con Moisés esconde el secreto de los sucesos que atraviesa un facilitador o sacerdote mientras lleva a su grupo de la ignorancia al conocimiento espiritual y a la Iluminación.

Egipto es la idolatría de la materia, donde viven los principiantes de estas Enseñanzas; y “Tierra Santa”, especialmente Jerusalén, es la Conciencia de la Divina Presencia de Dios en nuestro Ser. Moisés es el que "salva de las aguas”, de la conciencia personal; el facilitador, el confesor, el guía espiritual que conduce al estudiante por el desierto, que es el Sendero Espiritual, hasta la “Tierra Prometida”, que es la "Conciencia Divina”.
Entre la salida de la esclavitud de la materia, simbolizada por Egipto, y la liberación en la “Tierra Prometida” están todas las vicisitudes por las que pasó Moisés con su pueblo en el desierto, que son los sucesos que vive un facilitador con su grupo, al comunicarle la Enseñanza.
Texto extraído del libro "BIBLIA" Colección Metafísica Cristiana, Editorial Señora Porteña
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