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CHISPA DIVINA INTERNA




Se dice aquí aun ahora podemos formarnos una tenue idea, que podemos ver un pálido reflejo del esplendor del todo porque el canto de la vida está dentro de nosotros, y que si miramos hacia lo profundo, lo hemos de hallar. Poseemos si divino espíritu, el divino aliento dentro de nosotros. Está cubierto con lo que llamamos naturaleza humana, y de ese modo la melodía no puede escucharse prontamente, la chispa arderá débilmente. Pero está allí, y ella nunca está separada, como pensábamos. Siempre es parte de la totalidad de la divina llama; y nuestro deber es hacer de estos pequeños yos que somos, lámparas por medio de las cuales esa chispa pueda brillar.


Hay siempre dentro de nosotros una manifestación de lo divino que no está manchada o en manera alguna nublada por su asociación con la materia. Si pudiésemos comprender que eso es así, la materia dejaría de tener poder sobre nosotros; pero comprenderlo con amplitud significa poseer desarrollo muy elevado, acaso más allá del Adeptado. Esa manifestación existe siempre, absolutamente inmaculada, sin nubes, intocada; si pudiésemos comprender siquiera un poquito nuestra unidad con ello, sentir que eso es “yo" siempre oiríamos el canto de la vida. De cualquier modo que estemos, rodeados

por la lucha y el choque de los mundos inferiores, ese canto siempre ha de cantar dentro de nosotros; y hemos de hacer nuestro trabajo en el mundo exterior en completa paz y contentamiento verdadero porque sabemos que en lo interior se halla la real verdad y que todo el resto es mera manifestación temporal. Algún contacto con nuestra propia conciencia superior o con la mente del Maestro es con frecuencia el comienzo del oír esa melodía; ella trae una sensación de esa vida interna» de ese regocijo, de esa bienaventuranza, de esa conquista, la sensación de que uno ha sido victorioso en una gran lucha.


RECONOCER LA CHISPA DIVINA EN TODOS


La divina chispa existe en cada una de las personas, y ha de mostrarse cuando uno menos lo espere. Sabemos que existe allí, y es buena base que se puede aprovechar para desarrollarla. Si alguna vez hubiere un caso en que no pudiereis hallar vestigio alguno de ella, tened la seguridad, a pesar de todo, de que está allí.



ALIMENTAR LA PROPIA CHISPA DIVINA



Si podemos mirar las cosas desde el punto de vista del Ego en el Cuerpo Causal, aún más, si podemos penetrar en el próximo plano, el búddhico, veremos la real significación de todo esto. No es por más tiempo una pequeña parte del lado inferior todo lo que vemos, sino la totalidad; y podemos comprender cuál es la proporción, y ver cuán pequeña es en realidad, cómo “El mal es cero, es nada, es silencio que significa sonido”. Eso es más verdadero de lo que tal vez Browning sabía cuando lo escribió. Detrás, más allá y por encima de todo el mal, podemos estar muy seguros de que la gran corriente fluye constantemente, que el canto de la vida se ha de oír, si ahondamos en nosotros lo suficiente para oírla, pues el alma de las cosas es dulce, y el corazón del ser es descanso celestial, según el Señor Buddha nos dijo mucho tiempo atrás.


Tenemos que hallar la senda que lleva hasta Dios alimentando la chispa hasta que se convierta en llama. Entonces, Ella ha de incinerar hasta sus cimientos las murallas que la individualidad ha levantado; pero al destruirlas, no perderá la fuerza ni la precisión que adquirió construyéndolas y usándolas. Así, el poder que de esa manera adquiera, la capacitará al fin para obrar no como chispa, sino como sol irradiador de vida y luz a través de un vasto sistema solar; y entonces; en verdad, el ser humano se habrá convertido en Dios.



Fragmentos extraídos del libro PLÁTICAS SOBRE EL SENDERO DEL OCULTISMO de Annie Besant & Mons Charles W Leadbeater publicado por Editorial METAFÍSICA




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