AQUIETAMIENTO y SOLEDAD
Es necesario aquietarse varias veces al día, tranquilizar el cuerpo y poner la atención en la Presencia “Yo Soy”, que es la vida activa de Dios. Para armonizar y aquietar la mente externa, se puede hacer la afirmación bíblica: ''Aquiétate y sabe que Yo Soy Dios”.

La Divina Soledad es necesaria. Algún día, cada ser humano deberá encontrarse sin mediadores, consultores, oráculos, instructores, facilitadores, consejeros, gurús o líderes, y, por medio de su propio corazón, elegir el rayo de Su Magna Presencia de Vida y, siguiéndolo, investirse con la túnica sin costuras de la Perfección Eterna.
Dice el Maestro: “Contemplen, en el silencio de su cuarto, el Poder de Dios que se encuentra dentro de ustedes”. Decreta: “YO SOY, EN LA SOLEDAD DE MI SER, TOMANDO EL RAYO DE MI MAGNA PRESENCIA DE VIDA, SIGUIÉNDOLO HASTA INVESTIRME CON LA TÚNICA SIN COSTURAS DE LA PERFECCIÓN ETERNA”.
Texto extraído del libro "Saint Germain Plus" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña