AMISTAD

En las relaciones humanas, el amigo constante en sus afectos, fe y ayuda es apreciado por encima de todos los demás. Los amigos "en las buenas" son muchos, los amigos constantes son pocos. Los Miembros de Nuestra Hermandad han elegido ser amigos constantes para toda la humanidad. ¡Es el propósito de Nuestra existencia! No importa cuál sea la apariencia que temporalmente oscurezca la luz de la Presencia Interna. Nosotros sabemos que la Presencia está dentro de cada alma; y que entibiando al alma a través de la compresión amable, la compasión y el interés sincero, tarde o temprano, los talentos y capacidades de la corriente de vida se abrirán paso por las puertas de la prisión de la indiferencia y el letargo, exponiendo sus regalos a la vista, sobre el altar de la humanidad, para el enriquecimiento de toda la vida. ¡Dios me dé amigos constantes!

Y así, abrigados por los brazos del Amor, envueltos en la Presencia del Santo Confortador, no solo cuando deseen amar a su Dios, sino cuando tiempos de amargura, de soledad, de desamparo se ciernan sobre ustedes, ¡llámenme!, permítanme darles la sustancia de Mi mundo que desde hace tiempo le ha sido ofrecida a la Jerarquía y, ahora, al uso de Mi prójimo. Porque "Yo Soy" llamando "El Guardián de Su Hermano". Ustedes son mis hermanos y hermanas que aún no han encontrado el pleno éxtasis que se alcanza cuando conocen a esta Presencia Interna. Hasta ese día, "Yo Soy" Pablo, su Servidor...

Extracto del libro: "Pinceladas" de Pablo El Veneciano.