BUSCANDO EL DHARMA

El Dharma y la relación con el Maestro que lo comunica se debe desear y buscar con tanta desesperación, como siente el que se está ahogando en las profundidades del océano, que desea un hálito de aire; como el sediento en el desierto, que anhela un sorbo de agua; como el hambriento que busca un bocado de comida; como el friolento en el más crudo invierno polar, que está desnudo y desea un abrigo; como un ciego que anhela ver, aunque sea durante un segundo de su vida, un rayo de sol; como el sordo que quiere, algún día, poder escuchar aunque sea el sonido de un violín.
Extraído del libro DHARMA de Rubén Cedeño
Colección Metafísica Cetro Diamantino