top of page

FORTUNA DE LA URBANIDAD


Si cuando niño, a la persona le pusieron en la mano el “Manual de Urbanidad” de Carreño, o uno de estos maravillosos libros como pueden ser “Saber Ser, Saber Estar”, de Montse Sole; “Ceremonial y Protocolo” de Rubén Alberto de Gavaldá y Castro o “Procedamos Adecuadamente” y lo ha llevado a la práctica, eso se nota en la persona en la exquisita manera de proceder, de hablar y la forma menos conflictiva de abordar dificultades o no tenerlas y el modo exquisito de relacionarse con todos. Pero si el contrario, esto no sucedió y la persona no se formó estudiando ni poniendo en práctica ninguno de estos textos y llegó a adulto con una mediana cultura, teniendo falencias, a veces a esta persona le pueden surgir problemas graves en sus “Rectas Rpor elaciones Humanas”. Esta persona puede creer que algunas de sus actuaciones las está haciendo bien, cuando puede que lo esté realizando de la peor manera. Hay algo más grave aún, y muy común, que por falta de información, sin mala intención, puede culpar de sus faltas al que sí cumple con las reglas de “Urbanidad” y “Saber Estar”. Acordémonos siempre que: “La ignorancia se defiende”, asunto que a veces se hace por instinto y no por dolo. Al respecto, algo se ha escrito y se puede apreciar en la obra Pigmalión de George Bernard Shaw llevada a las pantallas magistralmente en “My Fair Lady”, obras que se deben estudiar y repasar cada cuanto tiempo, ya que dan mucho que aprender y reflexionar de cómo proceder en la vida. La solución a lo planteado puede ser o muy fácil o extremadamente difícil dependiendo de la actitud que asuma el educando. Si la persona en cuestión es alguien inteligente, dócil y permeable, por supuesto, lo primero que tiene que aceptar humildemente, es que en su educación le faltó “Carreño” y no importa la edad que tenga, deberá ponerse a estudiarlo y en lo posible llevarlo a la práctica. En su defecto, si la persona es orgullosa, cree todo lo hace bien, que tiene la razón y no

se da cuenta de lo que le falta por aprender en cuanto a “Rectas Relaciones Humanas”, el asunto se puede poner muy tenso. Por eso es que, aunque parezca cruel, muchas de las personas muy bien educadas con Urbanidades, Protocolos y Saber Estar, se cuidan por todos los medios de no tener mucho trato con gente que no se conduce con estos principios antes mencionados, para que no los maltraten, culpándolos de faltas, que precisamente no tienen, y esto es lo que a veces, establece marcadas diferencias entre las clases sociales. Los de arriba se cuidan de los de abajo y los de abajo condenan y critican a los de arriba. Pero esto sucede, hasta que alguien inteligente, sacrificado, con vocación de educador aparece. Algo así es lo que se plantea con Mister Higgins en la obra Pigmalión, que afirma que si lo deseara podría convertir a la florista Eliza Doolitle, mal hablada y de pésimo comportamiento en una "dama", en el término de seis meses. Personas como estas, deciden saltar la brecha y a pesar de las consecuencias, a veces muy duras, resuelven educar al que le hace falta. Si les va bien, terminaran como héroes, y si no, quedarán como un vil mártir. Bueno es el riesgo que se corre y siempre, creo que vale la pena correrlo, por lo buenos frutos que puede dar. Tal vez en una baja esfera de “Rectas Relaciones Humanas” mucho de estas Urbanidades y Ceremoniales no se ve, no hace tanta falta, ni se exige, pero seguro y sin falta, que en las muy altas esferas sociales, empresariales, espirituales, diplomáticas y de encumbrada política esto es necesario y extremadamente necesario. Como dice el dicho: “Nunca es tarde si la dicha es buena”. No importa el nivel social, la mucha o poca cultura que se tenga, la edad o el nivel de educación adquirido; se puede tomar el “Manual de Urbanidad” de Carreño, uno de estos libros de Saber Estar, Ceremonial o Procedamos Adecuadamente y ponerse a estudiarlo y practicarlo. Lo que se consiga con esto, es para siempre, no hay duda que subirá el nivel de estrellas en la solapa de la cultura, excelentísima educación y buenos modales de quien lo hace. Y si en medio del camino esta persona llegare a conocer a alguien que lo practica y no tiene problemas o la valentía de comunicarlo, es lo más maravilloso que

puede suceder y a este ser hay que estimarlo como el mejor maestro, porque es un inapreciable tesoro. Bien vale la pena hacer el esfuerzo, deponer actitudes y hacerse permeable a la excelencia para así vivir en un mejor mundo de “Rectas Relaciones Humanas”.

Artículos Destacados
Artículos Recientes
Seguinos en
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • YouTube Classic
bottom of page