VIRGEN DE WALSINGHAM

La Virgen de Walsingham es la protectora de quienes han sido humillados y maltratados en sus derechos, la Virgen Milagrosa de los pobres; concede dinero, trabajo, producción, sabiduría para actuar y pensar, desarrollo de la inteligencia para los proyectos y crecimiento de los grupos, comunidades y estudiantes espirituales. La Virgen cuida a los caminantes y misioneros.

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En el año 1061, la Madre María se le apareció a la señora Richeldis y le dio su bendición; le dijo que todas las generaciones que proclamaran el nombre de la Virgen de Walsingham recibirían bendiciones y milagros de parte de Ella, y le solicitó que construyera una copia de su casa en Nazaret. Esta copia fue construida como una ermita sobre el lugar donde la Virgen se aparecía, para sostener allí un poderoso Campo de Fuerza. El lugar ha llegado a ser un maravilloso sitio de devoción y peregrinación. Hoy en día, sobre el sitio se ha construido una iglesia que lo protege; la energía y el calor espiritual que emite se siente en todo el cuerpo, es impresionante. Al llegar, nos postramos de rodillas, decretamos y oramos, poniendo todo nuestro trabajo en manos de la Madre María.

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La imagen de la Madre de Walsingham está sentada y sostiene una vara con tres lirios de tres pétalos, cada uno “Remembranza Divina" de la “Llama Triple”. La Madre María señala al Niño, diciendo: el Cristo es a quien hay que seguir. A su vez, el Niño señala hacia el cielo, como diciendo que es el Padre Eterno. Así tenemos que las tres figuras definen una ruta por seguir.

Fragmentos extraídos del libro "San Patricio" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña