JESÚS

La interpretación Metafísica de la vida de Jesús y su enseñanza es todo un planteamiento de cómo vivir resolviendo las situaciones de la existencia, de forma sencilla y sublime. Incluye ejemplos prácticos para que cada ser humano utilice esta instrucción y mejore su calidad de vida, sanando, prosperando, siendo feliz, desenvolviendo el “Cristo Interno”.

El nombre de Jesús, sugerido por el Arcángel Gabriel a la Madre María, fue: “IESHUÁ”, que quiere decir: “El Yo Soy resuelve”. “Jehová” es un nombre compuesto por las consonantes del nombre que Dios le dijo a Moisés en el Sinaí: “Yo Soy lo que Yo Soy”. Por eso Jesús decía: “Todo lo que le pidas al Padre en mi nombre, Él te lo dará”. El nombre de Jesús es una palabra de poder que da protección, auxilio, soluciones, curaciones y milagros. Por eso, ante un estornudo, un problema o ante un suceso espantoso, muchas personas mencionan el nombre de “Jesús”, y es maravilloso hacerlo.

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Cada vez que el peso y la presión de las negatividades te presionen y aprisionen, puedes invocar a Jesús para desconectarte de toda imperfección, y vivir únicamente en la conciencia del Bien. Pronunciar el nombre de “Jesús” conscientemente, conectándose con Él por medio de la mente y el corazón, da una gran protección y ayuda contra cualquier mal, contra pensamientos, sentimientos y presiones perturbadoras. En el nombre de Jesús muchas personas se han sanado, prosperado y salido de limitaciones.

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Jesús, con el poder de la Oración y la Fe, precipitó alimentos, sanó enfermos, exorcizó demonios, y tú también lo puedes hacer. Recuerda la máxima de Jesús: “Cosas como las que yo hago las podéis hacer y aun superiores”.

Fragmentos del libro "Perfil de la Metafísica" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña