El Arcángel Gabriel anunció a María el nacimiento de su hijo, y envolvió en el “Manto de Invisibilidad” a Jesús, María y José cuando huían a Egipto, para protegerlos de la matanza de Herodes. El “Manto de Invisibilidad” del Arcángel Gabriel puede ser invocado en todo momento en que necesitemos protección contra el mal, la mentira o las fuerzas siniestras. “Yo Soy el Manto de Invisibilidad del Arcángel Gabriel que me hace invencible e invisible a toda fuerza siniestra inferior a la Perfección”.
Sintamos cómo desde las espaldas hacia adelante, nos cubre las alas blancas y radiantes del Arcángel Gabriel, protegiéndonos y haciéndonos invisibles a toda creación humana siniestra o destructiva. El Arcángel Gabriel toca su trompeta para que nos despertemos, nos levantemos y nos demos cuenta de que no podemos seguir durmiendo en la ignorancia. Nos llegó la hora de la Ascensión a los planos de divina acción; de serle útil al que tenemos al lado, y luego, a todos los demás.
El Arcángel Gabriel se le apareció a los pastores, les dijo que en Belén había nacido un Salvador, quien era el Cristo, y les dio el mantram: “Gloria a Dios en las Alturas, y en la Tierra Paz a los Hombres de Buena Voluntad”. Más adelante, el Papa San Telesforo, en el siglo II, compuso el himno “Gloria in Excelsis Deo” en base a estas palabras.
Extraído del Libro “ESPÍRITU DE LA NAVIDAD”, de Rubén Cedeño.
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