HIJO DE DIOS
Si Dios es el Rey de la naturaleza, cada ser humano, como “Hijo de Dios”, es un príncipe o princesa, con poder y autoridad real, y por el uso del “Libre Albedrío”, puede disponer cómo ha de ser la perfección de su mundo, siempre y cuando su decisión no dañe a otras personas. Una persona llena de amor no hace sufrir al ser que ama, y Dios te ama inmensamente, por eso es incapaz de hacerte padecer. Ningún Padre, por muy malo que sea, si su hijo le pide pan, le dará una piedra; asimismo el “Ser Supremo”, que es como un Padre para los Seres que vivimos dentro de su consciencia, es incapaz de hacernos daño y solo nos da cosas buenas.
En toda situación menor que la armonía, la excelencia, la salud, la opulencia y la perfección, di: “Esta no es la Voluntad del ‘Ser Supremo’, ni para mí ni para nadie. ‘Yo Soy’ un ‘Hijo del Ser Supremo’, Puro y Perfecto, y no acepto nada menor que la perfección”. “Yo no acepto, en mi reino, nada negativo”.
Extracto del Libro “Pilares de la Metafísica”, de Rubén Cedeño