DIOS ESPERA

Queridos hijos, ¿saben cuánto los amo? Dentro de sus corazones ustedes llevan la Presencia del Dios Vivo, el Dios que me creó y me ha sostenido, y de quien soy un servidor para toda la Vida. Llegará el día en que ustedes se darán cuenta y reconocerán esa infinita Omnipresencia, el infinito Poder de Dios. Ustedes llevan consigo el poder del majestuoso, victorioso y eterno UNO, dondequiera que van sobre el planeta Tierra.
¿A cuánto han renunciado para mantener esa Presencia? ¿Cuánto han confiado en la Eterna Presencia de Dios que se encuentra en medio de cada circunstancia que afrontan, esperando la invocación para descargar la plenitud de Sí misma como Maestría, Victoria, Suministro, Control Divino? ¿Por qué dividen su lealtad entre las apariencias que los acosan y los esfuerzos mezquinos del yo personal para hacerle frente a las sombras de este mundo, cuando en el latido de sus corazones está la Presencia viva y activa de Dios Todopoderoso?
Incluso hoy, la Presencia de Dios está esperando, en sus corazones, la invitación para abrir la tumba de materia, derramar la plenitud de su vitalidad y así transfigurar sus cuerpos físicos, revitalizar sus espíritus y manifestar el Reino de los Cielos eternamente, en ustedes y en su medioambiente, hasta la periferia de su esfera de influencia espiritual. Mientras ustedes carezcan de lealtad en sus sentimientos, hacia este poder,
Dios tendrá que esperar, un siglo tras otros.
Extraído del libro Dulce Misterio de la Vida de Maitreya