VIRGEN DEL CARMEN

Actualmente en el Monte Carmelo, hay una Basílica donde, sobre la Cueva de Elías, se encuentra una preciosísima talla de la Virgen del Carmen sedente, ya que aquí surgió la Orden monástica de “Los Carmelitas”. Aquí, en el Monte Carmelo, está el origen de la devoción a la Virgen del Carmen. Simón Stock fue elegido moderador de la Orden, a él se le apareció Nuestra Señora del Carmen y le dio su “Escapulario” para que todo el que muera con él puesto, sea liberado del mal Karma. Aquí, la Madre Divina quiso manifestarse como la Misericordia liberadora del más agudo y terrible de todos los karmas que pueda tener cualquier persona. Ella es la “Virgen del Carmen” sacando a las ánimas benditas del purgatorio, tal cual se ve en los cuadros que figurativamente la representan. Esas ánimas ardiendo en fuego que están al pie de la Virgen, son las personas que están en el sufrimiento y angustia de la vida diaria y Ella acude a sacarlas con los ángeles de la “Ley del Perdón de la Llama Violeta”. El Fuego Ardiente es la Llama Violeta, que dicen que la Virgen lo libera los días sábado, que es el día de la Llama Violeta. La vestimenta de renuncia de los humildes trabajadores de esta orden de la Misericordia del Monte Carmelo, son el marrón, el crema y el blanco, símbolos de renuncia. Con el advenimiento de la Nueva Era se aclara este marrón hasta un color parecido al caqui, combinado con el uso del blanco, combinación que usan algunos renunciantes de la Nueva Era, ya que esta orden se perpetuará en la vida laica de esta Era que amanece. La presencia de la Madre como la Virgen del Carmen emana para todos sus devotos la fuerza del misticismo perdonador,
misericordioso, capaz de hacer realizar a Dios en todos los que se pongan bajo su radiación. La energía de este grandioso y misterioso ser de la “Madre del Carmelo”, se puede contactar mediante el “Salve Regina”, que se encuentra en la ópera “Diálogo de Carmelitas” de Francis Poulanc, que es una obra con todo el espíritu de renuncia, misticismo y devoción de los Carmelitas y la Madre Misericordia. De hecho, en el canto dice: “Salve Regina, Mater Misericordia”, que quiere decir: “Te saludamos, Reina Madre de la Misericordia”, de una belleza indescriptible, llena de lirismo, devoción y entrega a Dios, simbólico de abolir el egotismo, hacer desaparecer la personalidad, para que la “Divina Madre” pueda surgir de nuestro interior y manifestar la divinidad. La Virgen del Carmen representa a “La Virgen de la Transmutación del mal Karma”, por eso es vista en Sus imágenes, sentada sobre un trono de nubes, donde un coro de sus ángeles desciende al purgatorio, que son las penas de la vida, y sacan a la gente de allí hacia el cielo. Todo el que esté pagando una penalidad Kármica puede avocarse a este maravilloso Ser de Llama Violeta para ser sacado del Infierno de la vida y ser llevado al cielo, que es el estado de completa y absoluta felicidad.