TODO ES ILUSIÓN
Todo lo externo -como trajes, ropa, zapatos, joyas, parejas, títulos y personalidades- un día desaparecerá porque es impermanente. Cuando se desencarna, todo pierde su valor, porque no es posible llevárselo a la tumba ni al incinerador. Nada externo al "Ser Divino" es importante; lo trascendental es lo que no muere, no perece y está dentro de uno. Cuando la persona se pone como objetivo algo externo -una foto, una estatua, una reliquia o cualquier otra cosa-, aunque diga que la cuestión es espiritual, se está engañando. Es inútil buscar lo externo porque eso se destruye, no permanecerá eternamente.
Al desencarnar, tu "Ser Interno" seguirá vivo con la "Consciencia Divina". Por lo tanto, puedes tomar esta instrucción, retirarte a un sitio tranquilo y hacer como el Señor Gautama, que se sentó debajo de un árbol y dijo: "De aquí no me voy hasta que no tenga la Clarificación". El Señor Gautama no hizo milagros porque sabía que eso era llamar la atención sobre lo externo. Toda milagrería que llama la atención externamente, los sensacionalistas, es distracción que impide concienciar a Dios dentro del propio Ser.
Texto extraído del libro "Solo Dios Basta" de Rubén Cedeño, publicado por Editorial Señora Porteña
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