Esoterismo no es brujería, lecturas de cartas, horóscopos ni quiromancia; es el conocimiento espiritual interno. No acepta componendas entre lo bueno y lo malo, lo desordenado, mediocre, sucio, dudoso, discriminador o separatista. Al respecto, dice el Maestro Koot Hoomi: “El esoterismo no admite componendas entre lo bueno y lo malo. A cualquier costo deberás hacer aquello que sea correcto, y abstenerte de lo indebido, sin reparar en lo piense o diga el ignorante. Así pues, en virtud de este conocimiento, te hallarás de parte de Dios, erigiéndote en sustentador del bien y oposición del mal, trabajando por la Evolución y no por el interés propio”.
Creer cuál es el bien puede ser subjetivo. Se da el caso de personas que, por tener una preferencia política o religiosa, o estar enamoradas de alguien, aunque sus partidarios estén haciendo el mal, no lo ven y creen que es el bien. Bueno, para esto, es necesario desarrollar el Discernimiento. A veces, no todo es malo, sino una combinación entre malo y bueno, y es muy difícil discernir qué es lo correcto. Por eso, no todo el mundo es un iniciado ni abraza una “Vivencia Espiritual”.
La verdadera “Vivencia Espiritual” y el trabajo de acuerdo a los lineamientos de los Maestros de Sabiduría, no admiten componendas entre lo perfecto y lo imperfecto, la luz y las sombras, lo amateur y lo profesional, lo afinado y lo desafinado, la armonía y la desarmonía, lo consonante y lo disonante, el amor y el odio, el orden y el desorden, la Unidad y la separación.
Solo se debe tratar de manifestar Unidad, Fidelidad, Perfección, Luz, Profesionalidad, Afinamiento, Armonía, Consonancia, Amor, de forma firme y perseverante, haciendo posible adaptar nuestra vida a ello, aunque requiera un esfuerzo. Por eso, debemos rechazar y no aceptar jamás la división, la traición, lo imperfecto, lo hecho a medias, el desequilibrio, las sombras, la desarmonía, lo disonante o el odio.
Acota el Maestro Koot Hoomi: “No debería ser difícil la elección entre lo recto y lo erróneo, puesto que aquellos que quieren seguir al Maestro, han decidido practicar el bien a toda costa. Debes distinguir entre lo importante y lo no importante. Firme como una roca cuando se trate de la rectitud o de la maldad, cede siempre en las cosas que no tengan importancia”.
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