SANTA MARÍA EGIPCIACA
Santa María Egipcíaca (344 - 421); "Patrona de Penitentes", de la "Aridez Interior", la "Prostitución Arrepentida", la "Cuarentena Interna" y el "Desierto del Alma". Ejemplificó, para el mundo, el maravilloso efecto del desapego en la "Aridez Interior".
María Egipcíaca era una prostituta muy hermosa y famosa en la Alejandría del siglo V. Ella nunca cobró por sus favores sexuales, lo hacía exclusivamente por placer, era una "prostituta de corazón". A los diecisiete años con la intención de seducir a hombres piadosos, María Egipcíaca se fue en peregrinación hasta Jerusalém, montándose en un barco en el que se costeó el pasaje cobrándole sus favores a atractivos peregrinos. ¿Cuántas "María Egipcíacas" se atraviesan en la "Vivencia Interna", desviando a personas de su completa entrega y consagración a Dios? María Egipcíaca conocía todas las artes del amor para satisfacer a un hombre.
ARIDEZ DEL ALMA
María Egipcíaca llegó a Jerusalén, y al querer entrar a la basílica del Santo Sepulcro, una fuerza superior se lo impidió. Trató de hacerlo varias veces, pero no pudo. El sexo no es malo, sino el vivir para afuera, dándole valor solamente a lo externo y a lo sexual, sin contemplar lo interno.
Dios le tenía deparado un gran "Plan Divino de Perfección" a María Egipcíaca. Ella se desesperó y buscó auxilio para entrar al Santo Sepulcro; causalmente, por la rendija de una de las puertas del templo, vio un ícono de la "Virgen María Theotokos" o "Madre de Dios". Entonces, María Egipcíaca entró en la "Aridez Interna". Ella se exasperó, implorándole perdón a la Madre María, reconociendo su miseria personal, su poca cosa, su nada ante el Señor y su falta de verdadero amor. El perdón fue respondido y pudo entrar al templo.
Fragmento extraído del libro "Cuarta Iniciación Mayor" de Rubén Cedeño publicado por editorial "Señora Porteña"
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