Padmasambhava decía que el conocimiento interno debe personalizarse y convertirse en testimonio individual, pues, si se mantiene como mera teoría, no cumple ninguna función provechosa. Padmasambhava violó todos los conceptos convencionales y estándares de lo correcto, lo incorrecto y la moralidad. Actuó con descuido en lo social, lo moral y lo religioso; hacía uso del alcohol como una herramienta y tenía un comportamiento sexual irregular. La crítica tiene, como base, concepciones de bueno y malo, pero los liberados entienden que bueno y malo son conceptos duales y no existen.
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Padmasambhava mismo dio una instrucción que tiene mucho que ver con el “Prajñápáramitá-sütra”, que “el vacío es igual a la forma y la forma es igual al vacío”. Eso también se puede aplicar a que la regeneración es igual a la degeneración, y la degeneración, igual a la regeneración. Y él, con su actitud, lo que hizo fue desestructurar la mente de los individuos de una supuesta modalidad. Hay personas que dicen que son santas y vírgenes, sacerdotes de diferentes religiones que predican, por allí, el no tener sexo, pero que, a escondidas, hacen lo que sea; acusan y condenan el sexo, pero de repente, a oscuras, lo están haciendo. Padmasambhava no hacía nada de esto a oscuras, él lo realizaba públicamente, pero, al mismo tiempo, le quitaba poder.
Extracto del libro "Dorje Supremo" de Rubén Cedeño
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