RETIRO DE TRANSILVANIA, A LOS PIES DE LOS CÁRPATOS
En lo profundo de los bellos bosques naturales, a los pies de los Cárpatos, cerca de la frontera entre Hungría y Rumania, se encuentra el hogar del Maestro Saint Germain, donde ahora reside el Maestro Ascendido Godfre. La atmósfera y los registros akáshicos internos de libertad en Transilvania, están poderosamente cargados con un momentum que será expandido a través de nuestros corazones, por los esfuerzos y energías combinados de la Hermandad y de los voluntarios entre nosotros.
Muchos de los benefactores de la raza humana han sido hospedados en este hogar, como la Princesa Luisa de Inglaterra, el Marqués de Lafayette, Napoleón Bonaparte, Madame Josephine, Catalina de Rusia, el Barón von Steuben y miles de buscadores de la verdad, cuyo trabajo y servicio a la vida está grabado en los niveles internos.
En el siglo XVII, George Rakoczy dirigió fuertes movimientos para procurar una Europa libre y unida desde este Retiro. En la actualidad, la casa contiene preciosos tesoros que marcan los progresos de la historia de la humanidad, como también aquellos que poseen un valor sentimental para el Maestro. Está la “Mesa Redonda del Rey Arturo”, el manuscrito de la Carta Magna, los diseños pictóricos de Roger Bacon para aeroplanos, y sus fórmulas para pólvoras explosivas, los mapas de Galileo, posesiones de Colón, manuscritos publicados de la “New Atlantis” de Bacon, un viejo traje gris de montar de la Reina Elizabeth, la espada y el escudo del Rey Ricardo Corazón León, un hábito roto de San Francisco de Asís.
Es un vallecito arbolado, rodeado por el bosque Silvano, siempre se escucha música de Johann Strauss.
Con solo dirigir nuestras conciencias hacia este hogar, antes de entrar en el sueño por la noche, podemos venir aquí para bañarnos en la Llama Violeta de la Libertad, y convertirnos en trabajadores activos y conscientes, llevando esta esencia dentro de nuestras auras. Lo primero que contactamos al llegar a este Retiro, es la sonriente y graciosa presencia del Maestro Saint Germain, a quien la Hermandad llama El Príncipe, por su natural cortesía y gentil dignidad de Amor Divino. Seremos imbuidos con su entusiasmo y amor por el prójimo, y vendremos a enrolarnos a Su siempre creciente lista de amorosos estudiantes, quienes están deseosos de servir como Él lo hace, y de convertirse en lo que Él se ha convertido.
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