El Maestro Espiritual no es el que dirige, ordena, somete, explota o se aprovecha del estudiante; es el que, con sus instrucciones, va abriendo el entendimiento a nuevos estados de conciencia; haciendo que se corrijan errores, malos sentimientos y pensamientos; alineando la personalidad para que la “Luz del Alma” y la “Voz del Silencio” sea la que guíe; convirtiendo a la persona en “Lámpara para sí mismo”, en un ser de “Buena Voluntad”, de “Rectas Relaciones Humanas”, y en un eficiente “Servidor Mundial”.
OBRA DEL MAESTRO
·Ser Bondadoso y Fraternal en la maldad.·Enseñar la Ley Divina al que no la sabe.·Amar y unir al que odia y separa.·Embellecer, Armonizar y Purificar.·Sanar al enfermo.·Cultivar Ideales Nobles.·Perdonar ante la agresión.
La labor del Maestro es instruir a la humanidad sobre la naturaleza del “Cristo Interno”, sobre el uso positivo de la mente y la Ley de Karma; vivir de acuerdo a las virtudes de los “Siete Rayos”; editar, distribuir y expandir libros con los contenidos de la Enseñanzas de la Jerarquía Espiritual; sostener páginas web, radios, publicaciones con la Enseñanza Espiritual de los Maestros Ascendidos; también ayudar a enfermos, presos, personas de bajos recursos económicos y desvalidos.
Recuerda el Maestro Koot Hoomi: “Todo trabajo útil y desinteresado es labor del Maestro, y por Él lo debes hacer. Deberás poner toda tu atención en cada parte, a medida que lo hagas, para que resulte lo mejor posible. Nunca debes olvidarlo, sea cual fuere otra labor que pudiera presentarse”.
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