PRIMERA INICIACIÓN, POR ANNIE BESANT
1. “Una vez en el Sendero, el chela viene a ser el hombre sin hogar, porque considera la Tierra como su morada. No tiene tampoco residencia especial, y su única patria es el sitio donde pueda servir a su Maestro. Mientras franquea este primer grado del Sendero, debe evitar tres obstáculos –llamados técnicamente ‘trabas’ o ‘ligaduras’-, pues como ahora se dirige a grandes pasos hacia la perfección, trata de eliminar radicalmente los defectos de carácter, llevando hasta el extremo las tareas que se han impuesto”.
