¿POR QUÉ HAY QUE MATAR LA AMBICIÓN?
Hay que matar la ambición porque es la primera causa de separación, y le impide actuar al "Dios Interior". Si no matas la ambición, ella te matará a ti. Todo objeto de ambición es mentira, algún día desaparecerá, si no es con un desastre, será con la desencarnación o el fundirse en el "Gran Silencio". Como el objeto de ambición no existe, porque es ilusión, al final produce mal karma, que se paga con sufrimiento. Lo primero que hay que transmutar es el deseo de separación.
En el "Aula de la Ignorancia", la ambición fue necesaria para fortalecer la personalidad, superarse, evolucionar, progresar, aprender más; pero, a finales del "Aula del Aprendizaje" y en el "Aula de la Sabiduría", es un obstáculo que separa, daña y retrasa. Por eso, en los primeros pasos de la evolución, el precepto de "Mata la ambición" solo debe ser canalizado hacia las ambiciones bajas y egoístas. La ambición es un andamio para construir la personalidad, que después hay que derrumbar.
Fragmento extraído del libro "Tercera Iniciación" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Metafísica (Señora Porteña).
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