PODER DEL SERVICIO
Un poder muy grande, con el que nadie puede competir, es el del Servicio Prestado. No se es grande al sentarse en los primeros asientos o ser atendido, al recibir o ser mencionado con títulos, sino cuando se atiende, se barre, se friega o se lava -como la señora del servicio- en bien de los demás; en esto, todo el mundo se dará cuenta de quién es el más grande.

Jesús solía quedarse en Betania, en la casa de sus grandes amigos Lázaro, Marta y María Magdalena; como era normal Jesús hablaba y embelesaba con su verbo a cuantos lo escuchaban. Mientras tanto, en la casa había que barrer, limpiar, lavar, cocinar, y Marta se ocupaba de todo ello, mientras María Magdalena escuchaba extasiada. En un momento, Marta le hizo ver a Jesús la necesidad de que le echaran una mano en los quehaceres del hogar. Hay que ser Marta y María: escuchar la enseñanza, pero para que esto pueda suceder, hay que limpiar el lugar, acomodar sillas, preparar comida, servirla, fregar platos y dejar el lugar impecable.
Casa de Santa Marta - Ciclo Padre Nuestro, Documentales
https://www.youtube.com/watch?v=g4kyd_NehBs
Texto extraído del libro "JESÚS el Cristo" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña