ORACIÓN

Cuando desconoces que "eres la causa de todo lo que te sucede", oras buscando solución a tus conflictos y urgencia, y dices que Dios, el maestro o el "Ser de Luz" de tu devoción no te escucha, no estás haciendo esa oración de la manera correcta.
En Metafísica todo se decreta; no se le pide nada a Dios con súplicas, pues Dios todo lo ha dado ya. Es como cuando alguien te ha dado un rico pastel, pero no sabes dónde lo ha puesto y le dices: "¿Quiero mi pastel!". No le suplicas que te dé un pastel, porque ya te lo ha dado. Esto no es orgullo ni imposición; es que siempre que se ora, solicitándole algo a Dios, "Él ya lo ha otorgado. Lo que hace falta es que se manifieste, y esto se logra decretándolo.
La oración es una solicitud que se eleva a Dios, al "Ser Universal", con el objeto de conseguir un favor, sea material o espiritual. Para que la oración funcione, tiene que estar vinculada al "Cuadrante de Causación; esto significa hacerla con el pensamiento, los sentimientos, las palabras y la actitud de haber conseguido lo que se decreta. De esta manera, la oración resultante tendrá la más alta vibración y energía que se pueda concebir, y se elevará a la divinidad, siempre que sea hecha con recta intención, belleza, bondad, pureza y perfección.
Extracto del libro: "Metafísica para ti" de Rubén Cedeño.