NO ES ORDENAR QUE SE HAGA, SINO CONSEGUIR QUE SE LOGRE
Las autoridades, los gurús y los maestros han saturado sus pláticas y libros diciendo: “amen”, “perdonen”, “sean humildes”, “sean esto” o “sean lo otro”, y la gente no les ha hecho caso. Prueba de esto son la mayoría de las religiones, llenas de hermosos y edificantes preceptos, pero que muy pocos cumplen. No se hace nada estando en la cocina y diciéndole a un niño que se encuentra en su habitación, que se cepille los dientes. Lo más seguro es que conteste que sí lo va a hacer, pero que no lo haga. Hay que ir adonde está el niño, llevarlo al baño, tomar el cepillo, hacer que se cepille los dientes, diciéndole cómo se realiza esto correctamente, y crearle el hábito. No es decir que se hagan las cosas, sino conseguir que se ejecuten.