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NO CREYENTES

Muchas personas no son creyentes, no se ocupan de Dios y les va más o menos bien en la vida, sin que esto tenga que ver aparentemente con sus creencias. A otros individuos les va tan mal que pareciera que Dios ni siquiera los ha mirado. Todo esto puede ser un buen motivo para decidir que Dios no es necesario y justificar el ser ateo, ya que el conocimiento o no de Dios parece no ser un determinante radical en la calidad de vida que pueda tener la gente. Hay otras personas que no podrían ser ateas porque, a lo largo y ancho de sus vidas, han tenido protecciones indudables, logros y claridades que las han asistido, y no pueden atribuir su bienestar a la suerte ni al destino, sino a "Algo" que lo ha provocado; pueden adjudicárselo a un incontable número de causas que bien pueden ser resumidas en el concepto de ¡Dios!, palabra que connota muchos asuntos explicados precisamente por la Teología.