NO CREYENTES
Muchas personas no son creyentes, no se ocupan de Dios y les va más o menos bien en la vida, sin que esto tenga que ver aparentemente con sus creencias. A otros individuos les va tan mal que pareciera que Dios ni siquiera los ha mirado. Todo esto puede ser un buen motivo para decidir que Dios no es necesario y justificar el ser ateo, ya que el conocimiento o no de Dios parece no ser un determinante radical en la calidad de vida que pueda tener la gente. Hay otras personas que no podrían ser ateas porque, a lo largo y ancho de sus vidas, han tenido protecciones indudables, logros y claridades que las han asistido, y no pueden atribuir su bienestar a la suerte ni al destino, sino a "Algo" que lo ha provocado; pueden adjudicárselo a un incontable número de causas que bien pueden ser resumidas en el concepto de ¡Dios!, palabra que connota muchos asuntos explicados precisamente por la Teología.

Texto extraído del libro "Teología Inclusiva" de Rubén Cedeño publicado por editorial Señora Porteña