Es sabido por todos los versados en una «Enseñanza Espiritual», que para contactar los planos superiores y la «Chispa Divina», ser feliz, estar bien, salirse de la realidad indeseable de la vida, «No hace falta la Droga». A estos predios de felicidad absoluta, se puede llegar por medio de la expansión de la conciencia, a través de la práctica de la meditación, una vida de pensamientos positivos, viviendo de acuerdo a las Siete Leyes Universales y los Siete Aspectos de Dios. La «Meditación» consiste en aplicar, con profundidad, la observación, la atención plena a la consideración de algo, y percibir, por medios propios y no forzados, la conciencia de este asunto, sin artificios ni medios extrasensoriales. Es el medio a través del cual construimos el puente que une nuestra personalidad con la realidad bella, pura y perfecta de las cosas que, dentro del ser humano, es el auténtico «YO SOY». Por lo tanto, sin la meditación no se puede adelantar mucho en la vida.
Ejercitados y serios clarividentes, que llegaron a ver y disfrutar del contacto con los planos sutiles y su «Real Ser» -como Blavatsky, Leadbeater, Annie Besant o Guy Ballard-, y escribieron obras maravillosas, que narran sus vivencias plétoras de espiritualidad, jamás necesitaron de drogas ni de nada que se les parezca, para ver y gozar de las magnificentes vivencias de los planos sutiles.
NOTA: Información sobre la Presencia «Yo Soy», los Siete Principios y los Siete Aspectos de Dios se encuentra en el libro «Pilares» de Rubén Cedeño.
Extraído del Libro “NO HACE FALTA LA DROGA”, de Rubén Cedeño.
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