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MAHÂSAMÂDHI DE YOGÂNANDA


Hotel Biltmore 5.1.2010


El 7 de marzo de 1952, en el Hotel Millenium Biltmore de Los Ángeles, California, Paramahansa Yogânanda entró en Mahâsamâdhi. Hacer el Mahâhamâdhi es abandonar voluntariamente el cuerpo sin necesidad de pasar por el proceso llamado muerte, e irse al Nirvana. Esto es la negación absoluta de la personalidad por el resto de la encarnación. Solo los grandes Maestros pueden hacer esta práctica e irse de la encarnación sin agonía, ni sufrimiento, rápidamente y sin problemas.


Al entrar apenas a la recepción del Hotel, ante mi requerimiento de saber dónde desencarno Yogananda, uno de los botones me dijo: “Fue aquí mismo, en la recepción. Este sitio en los años cincuenta era un salón de banquetes, y la entrada al hotel era otra”. De esta manera, el botones me llevó a pocos pasos y me señaló donde había desencarnado Yogânanda, me indicó el pretil derecho de una fuente de mampostería; allí me marcó el lugar donde se había sentado, se había tomado su última foto, y había caído el cuerpo sin vida de Yogânanda. Como fenómeno inusual, desde entonces, toda la fuente, como es natural, por el contacto con el agua se enmohece, pero el lugar que contactó la presencia de Yogánanda permanece completamente seco. Me dijeron que este fenómeno es estudiado por muchos curiosos.


Ese día, en el Hotel Biltmore, en la cena que participaba Yogânanda había una gran concurrencia de personalidades tanto del estado de California como de la India, entre los que se encontraba el Embajador de este país el Señor Sen. Semanas antes, Yogânanda les había anunciado a sus discípulos más cercanos que estaba próximo a abandonar este mundo.




Antes de dejar el plano físico Yogânanda se dejó tomar una memorable foto, en la mencionada fuente, donde refleja una indescriptible paz y una sonrisa enigmática, que lo sume a uno entre éste y el otro mundo. Se ve el rostro de Yogananda una persona que nunca fue contra nadie, jamás criticó a una persona, de una total inofensividad; alguien a quien se puede imitar, un ideal de “Corriente de Vida” para ser como Él. Su foto es la reconfirmación de sus palabras: "Si quieres estar triste, nadie en el mundo podrá conseguir que seas Feliz. Pero si decides ser Feliz, no habrá nadie en la Tierra que pueda arrebatarte esa Felicidad. La Felicidad es una elección".


No pongan su atención en el odio, el rechazo o la división, buscando qué criticar y condenar en los demás. Esto daña, corroe el alma y hace que ese contacte lo más sucio, embarrándose en el estiércol de la vida.


Mediten en la última foto de Yogananda. Si se quiere, no hace falta estudiar mucho sobre él. Su figura ya dice quién era y puede impregnarnos de sus logros. Cuando llegó al final del discurso, Yogânanda entró en Mahâsamâdhi y su cuerpo se deslizó en el piso.


Durante 21 días, hasta el momento de su inhumación, el cuerpo de Yogananda se mantuvo incorrupto.


Extraído del libro "Sanâtana Dharma" de Rubén Cedeño

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