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MADRE MARÍA DESATANUDOS

En toda la Argentina hay una devoción avasallante a la Madre María Desatanudos. Hace años la conocí. Fui a Su santuario en San José del Talar, en Buenos Aires, y compré una estatuilla para mi mamá, que siempre conservó con mucha devoción, hasta que desencarnó. Ahora la tengo con mucha significación dentro de la herencia que ella me dejó. Lo que nunca supe es que esta devoción la había traído a la Argentina, el ahora Papa Bergoglio, desde de Augsburgo, Alemania, donde la llaman “María Knotenlöserin”. Él la conoció cuando hacía su tesis doctoral en la Universidad Jesuita de San Jorge. La pintura original de la Virgen Desatanudos se encuentra en la iglesia de San Peter am Perlach; es obra de Johann Georg Melchoir Schmidtner, muy antigua, pues data del año 1700.

 

 

DESCRIPCIÓN

 

 

La Madre María como la “Inmaculada Concepción”, pintada al más puro estilo barroco veneciano, aparece con la luna a sus pies y actuando bajo la influencia del Espíritu Santo, que se ve sobre ella en la forma de su “Patrón Electrónico”, la “Paloma Blanca”. La Madre María está rodeada de ángeles que la asisten como “Reina de los Ángeles”, desatando algún nudo, que son los problemas, contrariedades, enfermedades, molestias de todo tipo que tiene quien la invoca pidiendo auxilio. Aquí, la Madre María aparece como el camino infalible para eliminar todos los obstáculos que impiden la felicidad y la gracia que solo da el estar con “Dios y Sus Asuntos”.

 

 

Del lado izquierdo de la Madre María hay un ángel que le alcanza la cinta llena de nudos, a su derecha, otro ángel recoge la cinta ya desatada. La Madre María no solo desata los nudos, sino que aplasta con su pie la causa de todos los problemas y sufrimientos, para que no resuciten más, así como pisa la serpiente o el dragón, que es origen de todo mal y pesar en el mundo.

 

 

En la parte inferior del lienzo se ve al Arcángel Rafael, de la Curación y la Consagración, guiando a Tobías; este último nos representa a todos nosotros, que somos llevados desde la oscuridad de la vida, sin el auxilio divino, hacia la Luz de Dios que nunca falla. Para que esto pueda ser una realidad debemos reconocer el mal y la maldad, no aceptarlos y dejarnos llevar de la mano, para salir de la batalla espiritual en que el mal quiere hundirnos para que no sigamos a Dios. Por lo tanto, sus ángeles luchan por liberarnos. Si el devoto se pliega a la Madre, el Cristo, Dios y Sus Asuntos, el mal no podrá jamás seducirlo. Mientras seamos hijos, servidores consagrados y fieles a “Dios y sus Asuntos”, como también a sus Santos, el enemigo no podrá vencer. La Madre es el refugio seguro.

 

 

El ahora Papa Bergoglio entronizó a la Virgen Desatanudos en la iglesia de San José del Talar, donde se la ve pintada –según el original- por Ana Betta de Berti. Ese día memorable dijo: “Dios, que derrocha su gracia para sus hijos, quiere que nos confiemos a Ella, que le confiemos los nudos de nuestros pecados para que ella se los acerque a su hijo, Jesús”. Desde entonces, el día ocho de cada mes acuden a venerar este cuadro más de 30.000 personas en peregrinación. Por supuesto, amén de la propia fuerza espiritual que concentra este cuadro de la Madre María, se suma el poder y la devoción espiritual con que el Papa Bergoglio la impregnó al consagrarla, asunto que cuenta mucho.

 

 

ORACIÓN A LA MADRE MARÍA

DESATANUDOS

 

 

Rubén Cedeño

 

 

Santa Madre María Desatanudos.

a quien nunca el mal

ató con sus enredos,

desata las dificultades

que entorpecen mi vida

y átame solo a Dios,

liberándome de toda atadura y confusión

con que atormenta el enemigo,

y líbrame de todo mal,

confusión y error,

 para servirle a la humanidad

por medio de

“Dios y Sus Asuntos”.

Amén.

 

 

   

 

Fragmentos del Libro “PAPA BERGOGLIO”, de Rubén Cedeño.

Editorial Metafísica.


 
 
 

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