top of page

LOS HUESOS NO HABLAN

Los huesos no hablan. Quién verdaderamente lo ha transformado a uno, no han sido huesos, cenizas, estatuas, letras de libros o foto de algún santo o maestro, sino los instructores vivos, aquellos que día a día nos han enseñado y enseñan, nos sensibilizan, nos señalan cómo hacer mejor las cosas, y eso solamente los encontramos vivos y en la Vida.
Francisco actualmente no es esos huesos. Él no es la muerte, sino la Vida; es un Maestro que está palpitante y activo, que no se quedó detenido en el tiempo, atrapado unos huesos. Cuando venimos aquí y sentimos la presencia de Francisco, no es por los huesos, sino porque Él, tan vivo como está ahora, se digna a venir, y eso Él puede hacerlo aquí, en Assisi, o en cualquier otra parte. Por lo tanto, el renunciar al mundo, venir para acá o para otra parte y ponerse a contemplar, rezando y cantándole a huesos, estatuas o fotos de santos y maestros sin hacer más nada, no lleva a ningún lado.

Los que transforman son los maestros vivos -se llamen facilitadores, gurús, maestros o sacerdotes- que hablan, se mueven y respiran, como el Ser que animó estos huesos, y que actualmente sigue vivo. Ellos sí transforman.
Francisco es la gente que está viva en cualquier parte, que necesita de nuestra ayuda y se la damos. No son unos huesos que están metidos en una caja de piedra, por muy lindo, energizante y espiritual que eso sea. Indudablemente es maravilloso venir a Assisi, uno se siente muy bien aquí y es bueno seguir viniendo, sentir esa energía viva que se percibe del Maestro, que inspira tanta humildad, reflexión y sentimientos nobles; pero más allá de eso, quedarse aquí no es la verdad que Dios desea para nosotros, a menos que sea dando instrucción a los que aquí vienen.
Fragmentos del libro "FRANCISCO" de Rubén Cedeño publicado por la Editorial Señora Porteña.


Artículos Destacados
Artículos Recientes
Seguinos en
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • YouTube Classic
bottom of page