“EL SENDERO ES UNO MISMO”
¿Por qué, a veces, en el emprendimiento de un trabajo espiritual grupal o de formar una editorial, pareciera que no se recibe ayuda de los Maestros? ¿Y por qué, a veces, ante los problemas para seguir adelante en el sendero, en las pruebas, traiciones o divisiones, pareciera que nadie auxilia y es el estudiante el que tiene que “remar contra corriente” o “cuesta arriba”, con grandes esfuerzos, para sacar a flote la situación? ¿Por qué algunos estudiantes, que reciben ayuda para formar sus grupos, fundar editoriales y movimientos importantes, de repente, por cualquier nimiedad, desertan como si no les importara nada? Los Maestros sí ven, se ocupan y ayudan, pero lo hacen en silencio, detrás del velo, imperceptiblemente; dejan, antes que todo, que sea el estudiante el que friegue, sangre y se desgarre, para que EL SENDERO SEA UNO MISMO, edificando dentro de sí, pieza a pieza, y así se fortalezca, valore lo que hace; y si le toca defender el grupo, la editorial o el trabajo espiritual, lo sepa proteger con todo su ser, como “loba en celo”. Así los Maestros defienden sus Áshrams o resguardan Shamballa; porque les duele, en lo más profundo de su ser, si en algo se los daña. Los Maestros de Sabiduría aprendieron eso durante sus numerosas vidas, al ver cómo los traicionaban cuando ayudaban y facilitaban a los estudiantes; por eso, ahora dejan que le toque al estudiante incorporar este aprendizaje, aunque sea a pesar de sus sangrantes esfuerzos, pues esto redundará en gozo, al no ocasionar problemas en el futuro, sino soluciones. Bien lo dice el poeta español Antonio Machado -modernista de la generación del 98-, en “PROVERBIOS Y CANTARES”, XXIX, que fuera musicalizado por Joan Manuel Serrat, cuando expresa que “uno mismo es el camino”: Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Extraído del Libro “PRIMERA INICIACIÓN”, de Rubén Cedeño.
