DÍA DEL AMOR por Rubén Cedeño

El día 14 de febrero ha sido calificado como el "Día de los Enamorados"; pero esto es discriminativo, porque algunas personas suponen, que quién no está con una pareja no lo puede celebrar. Existe gente que no está enamorada de una pareja, pero está enamorada de la vida, la literatura, el agua, la pintura, el fuego, la ciudad, los Maestros Ascendidos, la Madre Divina o, simplemente, de Dios; y también tiene derecho a celebrar el "Día de los Enamorados". Por eso, en vez de generar esta festividad como el "Día de los Enamorados", en la Metafísica lo hemos calificado como el "Día del Amor", para que así lo puedan celebrar todos. Uno puede estar enamorado de sus cubiertos, sus óperas, sus estudiantes, la Metafísica, su facilitador, su televisor, la ropa que se pone, del "Sagrado Libro del Yo Soy", y celebrar, con todos ellos, "El Día del Amor".

El día de Lady Rowena y del Amor es el 14 de febrero de cada año. No por casualidad, casi todo el mundo se tiñe de adornos, y las tiendas, calles, casas y oficinas son decoradas en las múltiples tonalidades de rosado y rojo, celebrando el Amor. Esta es una celebración que mundialmente se conmemora en todos los países, en unos, como el "Día de la Amistad", y en otros, como el "Día del Amor". Los participantes de las Enseñanzas Espirituales lo celebramos dedicándole una clase a Lady Rowena y haciendo el Servicio de Llama Rosa. El 14 de febrero es un día propicio para comunicarnos con todo el mundo y decirle: "¡Te quiero!". Nada más que eso, y ya estás logrando lo más grande que se puede hacer, además de dar regalos de amor, cosas lindas capaces de alegrar la vida del que las recibe. Estar enamorado de algo no es estar apegado a ello. Podemos "amar sin apego", y en el momento en que nos toque renunciar, hacerlo sin ninguna clase de sufrimiento; esto es "amor inteligente", el que practicamos en Metafísica para que la gente sea feliz; porque cuando uno se apega a algo y lo cree eterno, sufre mucho. Esos amores desmedidos, sin conciencia ni lógica, conducen a grandes tragedias, y, muchas veces, hasta la muerte.