Primeo la mente reacciona a todo lo que ve; luego se desarrolla el “control mental” por el control de los “vórtices mentales” o Chitta-vritti-Nirodha.
Haciendo esta práctica mental, se alcanza una estabilidad que permite la percepción del “Ser Interno” o “Alma”.
Hay que ejercitarse en el hábito de hacer desaparecer los “vórtices mentales”, para poder desenvolver la Contemplación o Samâdhi.
Cuando se consigue la desaparición de los “vórtices mentales”, se produce la concentración en un solo objeto.
Mediante la concentración sin “vórtices mentales” se conocen y se comprenden los aspectos de cada cosa, sus símbolos y su utilidad.
Aquello que es influenciado por los “vórtices mentales” o transformaciones, ya sean pasadas, presentes o futuras, son las cosas que se califican como buenas o malas.
La sucesión de múltiples cambios es lo que causa la evolución.
Practicando la Concentración, la Meditación y la Contemplación, que el Samyama, sobreviene la “Sabiduría” sobre el pasado, el presente y el futuro.
Extraído del Libro “OCULTISMO DEVELADO”, de Rubén Cedeño.
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