AMBICIÓN
La ambición es la única raíz de todos los errores, destruye todos los méritos y bondades.
La ambición es la fuente eterna de la trampa y la hipocresía. La ira nace de la ambición, al igual que el deseo y varias de las terribles maldades de la mente.
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Infierno en El Jardín de las Delicias del Bosco - Museo del Prado
A las personas les cuesta renunciar a la codicia. La misma vida puede estar a punto de extinguirse, pero la codicia nunca pierde su poder. incluso hombres de grandes conocimientos cuyas mentes conocían los tesoros de todas las escrituras, que tenían la inteligencia y la capacidad de clarificar todas las dudas de otros, eran incompetentes al momento de solucionar sus propias debilidades. No tenían amor por la justicia y eran débiles, y todo se debía a que eran esclavos de la horrible enfermedad de la ambición.
La ignorancia tiene su origen en la ambición; cuanto más crece la codicia, más crece la ignorancia. La raíz de la codicia es la pérdida de la claridad mental y el juicio. La ignorancia es compañera inseparable de la codicia.
El más alto deber es lograr el autodominio, así como la gran falta es la ambición, que conduce a todas las demás faltas. El autodominio conduce a las personas a la más alta gloria, porque de él surgen muchas buenas cualidades: compasión, paciencia, ausencia de criticas e injurias; imparcialidad, verdad, sinceridad, modestia, constancia, liberalidad, ausencia de ira, alegría, dulzura al hablar, benevolencia, ausencia de malicia y muchas otras.
Texto extraído del libro "Último Canto de Bhishma" de Rubén Cedeño