A DIOS NO SE LE TEME

Dios está más allá del bien y del mal, por eso, jamás se lo irrespeta ni se lo ofende, por más que se intente hacerlo. Cuando supuestamente se irrespeta a Dios, esto no le llega, no pasa nada. Dios es la Energía más amorosa, misericordiosa, perdonadora, y permite encarar la vida y la desencarnación sin ningún temor. No hay ningún motivo para temerle a Dios como "Principio Vital”, porque Dios es Amor, Misericordia y Perdón.

La forma de liberarse del "Temor a Dios” es mediante el estudio, el respeto y el cumplimiento estrictamente positivo de los "Siete Principios Universales". El espantarnos por hacer uso negativo de uno de estos Principios es lo que podría llamarse “Temor a Dios". Esto no es temor a la presencia o al mal carácter de un supuesto Dios, sino el "Secreto de la Rectitud", para jamás actuar de forma que nos volvamos víctimas del cumplimiento de las Leyes.

En vez de temer a Dios, a lo que hay que temer es a la devolución, en virtud de las Leyes Divinas, de lo malo que se ha hecho; esto no constituye una sanción, aunque siempre ha sido interpretado como "Castigo de Dios". En el "Castigo de Dios" creen los incrédulos que desconocen los "Siete Principios Universales”. Aunque el "‘temor" no es la razón por la que debemos amar a Dios, sirve para mantenemos en observación de los Principios, cuidamos de la maldad humana, ser nobles y justos con nosotros y con los demás.