INVOCACIÓN DEL GRUPO ESOTÉRICO
PROCEDIMIENTO
Antes de realizar cada reunión –si se desea, no es necesario-, se podrá colocar al frente del Grupo una foto donde aparezcan juntos los Maestros Jerarcas del Grupo Esotérico: El Señor Gautama, el Maestro El Morya, el Señor Koot Hoomi, los Maestros El Tibetano, Saint Germain y Serapis Bey.
Al inicio de la actividad se puede realizar en voz alta, con todo el Grupo, la “Invocación del Grupo Esotérico” y el “Mántram de Unificación”. Para concluir, se puede hacer la “Gran Invocación” completa. Ambas oraciones pueden ser proyectadas en pantalla, si se dispone de los elementos necesarios, para facilitar su ejecución.
INVOCACIÓN DEL GRUPO ESOTÉRICO
Con todo el Poder, Amor y Sabiduría contenidos dentro mi “Ser Monádico”, mi “Loto Crístico” y lo más puro de mi personalidad: Invoco humildemente, con toda la mejor disposición y rendición de mi mente y corazón, la Presencia del Bendito Logos Planetario de la Tierra, el Señor Gautama Buddha; al Director de todas las Escuelas Esotéricas del Mundo, el Maestro El Morya; el Cristo de la Tierra, el Señor Koot Hoomi; el Jerarca del Templo de la Gran Hermandad Blanca, el Maestro El Tibetano; al Custodio de la Llama de la Ascensión, el Maestro Serapis Bey; y al Rey de la Edad Dorada, el Amadísimo Maestro Saint Germain, para que dirijan, protejan, iluminen y bendigan con sus radiantes Presencias, a este grupo de estudios dentro del Propósito que los Maestros de Sabiduría de la Jerarquía Espiritual de Shamballa Conocen y Sirven, y que los beneficios y bendiciones aquí descargados se difundan por todas las conciencias, corazones y acciones del total de la raza humana, cerrando las puertas donde se halla el mal, y abriendo las puertas donde se halla el Bien; estableciendo definitivamente el “Reino de la Luz de Dios que nunca falla” sobre la faz de la Tierra. Amén, amén y amén.
MÁNTRAM DE UNIFICACIÓN DEL DISCÍPULO MUNDIAL
Maestro El Tibetano
Los hijos de los hombres son Uno,
y Yo Soy Uno con ellos.
Trato de amar y no odiar;
trato de servir y no exigir servicio;
trato de curar y no herir.
Que el dolor traiga la debida recompensa de Luz y Amor,
Que el Alma controle la forma externa,
la vida y todos los acontecimientos,
y traiga a la luz el amor
que subyace en todo cuanto ocurre en esta época.
Que venga la visión y la percepción interna.
Que el porvenir quede revelado.
Que la visión interna sea demostrada.
Que cesen las divisiones externas.
Que prevalezca el amor.
Que todos los hombres amen.
Extraído del Libro: “Esoterismo de la Metafísica”, de Rubén Cedeño.