AÑO NUEVO
El 31 de Diciembre a las 12 de la noche termina el año social y administrativamente, aunque astronómicamente haya sido el día del solsticio. Ese día termina un ciclo regido por un “Espíritu Envolvente” para la tierra y comienza otro. Antes de terminar el año debemos realizar cuatro actividades importantísimas.
PRIMERO: En los últimos minutos antes de finalizar el año debemos tranquilizarnos, tomarnos un tiempo en silencio, y si estamos en una fiesta, hacer un alto para realizar el “Perdón del fin de año”: pedir perdón y transmutar todos los errores cometidos durante el año que termina, tanto personales como colectivos, para no seguir arrastrando esas negatividades el año siguiente.
SEGUNDO: Hacer la Cosecha Espiritual, que es la recolección de la Energía de lo positivo que hemos realizado durante el año, en servicio a los demás. Lo que hemos amado, enseñado, embellecido, sanado, dado, perdonado y libertado, sonriendo, atendiendo a los enfermos y acompañando, se lo ofrecemos a DIOS. Dios guarda en nuestro Cuerpo Causal, como nuestro haber espiritual, todo lo bueno que hemos hecho; es el abono en la cuenta del banco del espíritu.
TERCERO: Una vez que llega la medianoche, planificar el próximo año de acuerdo al Plan Divino de Perfección y los Siete Aspectos de DIOS en todas las actividades del año que comienza: con Luz, Buena Voluntad, Sabiduría, Amor Divino, Pureza, Salud, Opulencia y con mucho Perdón y Amor Compasivo.
CUARTO: El 31 de diciembre a la 12 de la noche hace su entrada el Espíritu Envolvente del año nuevo, y lo debemos recibir con un pensamiento de luz en nuestras mentes, que generalmente es repartido al mundo entero en forma de servicio.
Extracto del Libro “Espíritu de la Navidad” de Rubén Cedeño