AMOR INCONDICIONAL
- Del libro: ENSEÑANZAS DEL SEÑOR GAUTAMA -
- 8 ago 2019
- 2 Min. de lectura

METTA SUTTA
Esta Enseñanza tiene tanto poder, que cuando se da, desaparece toda entidad terrorífica. Aquel que se esfuerza en esta práctica día y noche, duerme confortablemente y no tiene malos sueños.
Aquel que desee penetrar en el estado de paz del Nirvana y perseguir su bienestar, debe ser capaz, vivir rectamente, ser afable, permanecer apaciblemente y sin vanidad, vivir satisfecho, ser fácil de mantener, tener pocas actividades mundanas y posesiones, tener los sentidos controlados, ser prudente, no ser sinvergüenza, no tener apegos a nada ni a la familia, no debe cometer la más mínima falta que pudiera ser objeto de censura por parte de los sabios; procurar que todos los seres estén felices y seguros en sus corazones; que todos los seres que existen, débiles o fuertes, sean grandes, medianos, pequeños, delgados o gordos, conocidos o desconocidos, cercanos o lejanos, nacidos o por nacer, que, sin excepción, sean felices; que nadie engañe ni desprecie a otra persona en ningún lugar; que no le desee daño a los demás, con enojo o malevolencia. Así como un padre o madre protege a su hija o hijo a costa de su propia vida, de la misma forma uno debe cultivar un corazón sin límites hacia todos los seres; que los pensamientos de amor llenen todo el mundo, arriba, abajo y a lo largo. Sin ninguna obstrucción, sin odio, sin enemistad, sea parado, caminando, sentado o acostado y mientras se está despierto, uno debe cultivar esta meditación del amor. Esta es la conducta más elevada. Sin caer en opiniones erróneas, siendo virtuoso y habiendo alcanzado la Sabiduría, uno elimina el apego a los sentidos y verdaderamente no vuelve a ser concebido de nuevo en un vientre.
Extraído del libro Enseñanzas del Señor Gautama de Gautama Buddha|
Versión simplificada de Rubén Cedeño
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