COMPASIÓN EN MOTIJHEEL
Motijhell es un basurero de Calcuta donde la Madre Teresa realizó su ministerio, sinónimo de las siete pobrezas humanas, como la maldad, la ignorancia, el odio, la fealdad, la agresividad y el resentimiento que, por Amor Compasivo, deben ser transformadas positivamente.
NO ES UN VIAJE LUJOSO
La gente paga buenas sumas de dinero por hacer un viaje a un sitio turístico de primera, con excelentes hoteles y maravillosos restaurantes. En Argentina dije que me iba al basurero de la Madre Teresa de Calcuta, llamado “Motijhell”; como si fuera un tour a Europa, con buenos hoteles, unos cuantos pidieron venirse conmigo, y así fue; los acepté porque era una forma de aprender el Amor Compasivo viendo las más apremiantes necesidades humanas y teniendo el ejemplo vivo de un ser compasivo que allí las socorrió.
[…] Por Compasión, hay gente con vocación espiritual que se contenta con ir a la calle a trabajar, a conquistar mundos donde lo que se ve es miseria; pero no les da asco, rechazo ni preocupación, sino alegría, entusiasmo por contactar esa gente y cambiarles la vida de sufrimiento en felicidad.
Este es el regocijo que debemos tener, alegrarnos llevándole una palabra de aliento a un enfermo en una cama, a un preso en un retén, cargando libros de Enseñanza para la gente, sacrificando el fin de semana para dar charlas, viajando sin comodidades, para que algunas veces nos regañen, nos traten mal, cuando realizan actividades de Enseñanza Espiritual; pero así somos felices. Como dice Butterfly en la ópera de Puccini: “Butterfly, renunciando, es feliz”.
Ir a los barrios bajos, cárceles y hospitales, a lo mejor no le gusta a muchas personalidades, porque a la personalidad no le agrada que le hablen ni ver la pobreza, la necesidad, las enfermedades y malestares; pero todos, en algún momento, tenemos contacto con la pobreza, y no podemos repudiar al que la sufre; debemos amar a los pobres, pero no para ser pobres, miserables e indigentes como ellos, sino para ayudarlos a salir de la miseria. Esto es Amor Compasivo.
Extracto del Libro “COMPASIÓN INFINITA” de Rubén Cedeño.