LA MAGDALENA

Jesús le dijo a Simón: “Si hay dos deudores, uno que le debe al acreedor quinientos denarios, y otro que le debe cincuenta, y el acreedor perdona a los dos, ¿a cuál ama más?”. Y Simón le respondió: “Al que le perdonó más”. Jesús dice que ama más a los pecadores semejantes a Miryam de Magdala.

El silencio y la quietud de Jesús fueron interpretados como aprobación de la actitud de Miryam de Magdala de ungirlo. Jesús dijo: “¿Ves a esta mujer? Al entrar en tu casa, no me diste agua para lavarme los pies, pero ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; en cambio, ella no ha cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza, y ella me ha ungido los pies”. Jesús agrega, dirigiéndose a la Magdalena: “Tanto has amado que tus pecados te son perdonados”