ENSEÑANZAS DEL SEÑOR GAUTAMA

PRÓLOGO de Rubén Cedeño

Cuando el Señor Gautama expuso esta instrucción, lo hizo de forma coloquial y sencilla, debido a que esa era su naturaleza. Pero esto fue transcrito muchos años después de Su Ascensión, y la pléyade de pensadores del Buddadharma de los 2600 años de historia, le han adherido muchas cosas, entre ellas, un lenguaje retórico, complicado y pesado, y están publicadas en cantidad de versiones que la gente lee muy poco.

Lo que he hecho con catorce alocuciones del Señor Gautama, sin alterar ni una coma de lo dicho, ha sido tratar de traducir todo ese palabrerío en sánscrito y pali, además de quitarle todas las adherencias que le han puesto los siglos, como notas y todo lo innecesario para la comprensión pura de su puesta en práctica.

Leer las Enseñanzas del Señor Gautama no basta; hay que meditarlas y remediarlas, acordarlas, recordarlas y aplicarlas, pero minuciosamente, a todos los aconteceres de nuestra vida, y así tendremos la Llave Diamantina de la Felicidad en nuestro poder.