EMIRATOS ARABES

Bajándome del avión, ya apenas puse la punta del pie derecho en el piso de Dubái, repentinamente y sin ningún tipo de premeditación, apareció en mi mente y en su totalidad con lujo de detalles la forma de escribir y comunicar la “Metafisica Islámica”. Por supuesto, expuesta en forma de libro.
Los musulmanes del mundo entero que exceden los mil trescientos millones de personas también tienen derecho de beneficiarse de la Metafisica en los términos de su religión. Ya tengo escrita e implementándose la Metafisica Cristiana; la Metafisica del Buddhadharma (Budismo); la “Metafisica del Judaísmo”; la Metafisica del Hinduismo en el Sanatanadharma; la Metafisica Helénica de Grecia; la Metafisica Egipcia; la Metafisica Azteca y la Metafisica Incaica, me faltaba la “Metafisica Islámica”, y se estaba haciendo presente. Pasé inmigración y aduana contemplando esta maravillosa visión en mi interior para la Metafisica Islámica, me sentía flotar, una sensación extraordinaria, como si rozara un leve destello de la gloria de uno de los cielos de Al-lāh. Eso hizo que transitara toda la tramitación de inmigración y aduana como si estuviese flotando por encima de las cosas, sin darme cuenta, relativamente no me pidieron nada. A cada uno de los inspectores que me tocó en las respectivas dependencias del aeropuerto, al verlo a la cara le decía con una sonrisa, voz recia, bien articulado y con el mejor acento árabe que podía salir de mi: “Allahu Akbar”, que quiere decir: “Dios es Grande”, me devolvían el saludo cortésmente y me daban paso con gesto de admiración y respeto. Me acordé que hacía años en Egipto me había pasado algo parecido al aparecerme por completo en la mente todo un estudio detallado sobre el Islam, y que hoy en día aparece escrito en el libro “Instructor Mundial”. Pero aun así me preguntaba: ¿por qué después de haber vivido en más de ocho países islámicos a lo largo de mi existencia era precisamente aquí en los “Emiratos Árabes Unidos” donde se me presentó esto? Lo más seguro es que la razón estaba en el cumplimiento del
“Principio de Correspondencia”: Como es Arriba es abajo.
Los Emiratos es uno de los países islámicos de más alto nivel socioeconómico, cultural y de progreso en el mundo y creo que esto permitió que se pudiera avizorar semejante asunto. Al llegar a mi habitación lo primero que hice fue abrir un archivo en la computadora para dedicarlo a esta nueva área de trabajo y así ir depositando allí la información de esta forma de ver la Enseñanza Metafisica. Por supuesto que busqué en mis archivos todo lo que había escrito sobre el Islam desde mi juventud en que visité a Egipto por primera vez, que fue el primer país musulmán que conocí en esta encarnación. No fue necesario que pasaran muchas horas, para que ya estuviera en el piso N°146, lo más alto a donde permiten llegar en el edificio “Burj Khalifa”, que es la construcción más alta edificada por el ser humano y de la que tiene registro la historia de la humanidad. Son 828 metros de altura con unos 160 pisos habitables y un costo de 20 mil millones de dólares. En su base se encuentra el Centro Comercial más grande del mundo.
“Como es arriba es abajo”, en este país está el estado de consciencia más alto al cual ha llegado el ser humano físicamente en una construcción, valiéndose de sus propias manos. Inmediatamente después, de estar allí, atendiendo una invitación, ya estaba almorzando en el único hotel siete estrellas del mundo llamado “La Vela”, “Burj Al Arab Jumeirah”, situado en el mar en una isla artificial, en medio del “Golfo Pérsico”, era de ensueño. Aquí el precio de las habitaciones oscila entre 2.500 y 40.000 dólares y los taxis son Rolls-Royce, ¿Qué más les puedo decir? Al-lāh o Dios todo lo da y todo lo puede, para Él nada es imposible y no tiene límites para bendecir con múltiples riquezas a los que le aman, le son fiel, le sirven y se le rinden, solo hace falta que cumplas a cabalidad esos tres requisitos, que no son ningún sacrificio: “Amor”, “Fidelidad”, “Servicio” y Rendición incondicional a Dios, lo que pasa es que
la mayoría de las personas cuando oyen esto mueven la cabeza diciendo “si”, creen que lo hacen, pero a la hora de la verdad, pocos lo cumplen al cien por ciento y ciegamente. El Hotel “La Vela” es la cumbre más alta de la exquisitez humana en este momento en cuanto a hotelería se refiere. Indudablemente Dubái es el Yanna, el Paraíso de Al-lāh. “Todo es mente”, si lo aceptas, lo crees y no lo criticas ni condenas por ostentoso, cualquier devoto puede vivir y disfrutar del “Yanna”, donde solo hay felicidad, no hay sufrimientos, miedos ni vergüenzas, donde cada quien puede satisfacer sus nobles deseos. Las casas tienen extensos jardines y fuentes perfumadas de alcanfor y jengibre; corren ríos de agua, leche y miel que bañan valles de perlas y rubíes. Los palacios son de oro, plata y perlas con árboles y montañas de almizcle, donde nadie envejece, donde todos usan trajes lujosos, joyas y perfumes, y donde encuentran banquetes exquisitos, con la gente recostada en divanes bordados en oro, y piedras preciosas en que todos son felices. De todas maneras, tener la visión de Al-lāh y ser uno con Él es el mayor de todas estas delicias terrenales.
En Dubái todo lo descrito sobre el Paraíso existe, hasta los tapices de oro y piedras preciosas, yo los vi, y ya hablare de eso... Todo está impecablemente limpio y reluciente; por donde se mire hay hermosura, modernidad, rascacielos, la gente divinamente vestida y no hay pobreza. Foto: Ruben Cedeño en el Hotel la Vela de Dubai, “Burj Al Arab Jumeirah”. — en Dubái (ciudad).